CIUDAD HIDALGO.- Migrantes centroamericanos ansiosos por evitar una ofensiva de México en su frontera sur con Guatemala ingresaron ayer al país azteca, mientras el gobierno se preparaba para enviar a miles de efectivos de la Guardia Nacional a vigilar ese límite candente y poroso.
México acordó con Washington demostrar antes de fines de julio que puede contener un aumento de migrantes que se dirigen a Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump amenazara con imponer aranceles a todos los productos mexicanos.
El ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, dijo esta semana que el país reforzaría el control de su frontera sur, incluido el envío de 6,000 miembros de la Guardia Nacional. El despliegue debía comenzar el miércoles, aunque testigos no vieron señales de ello.
Cuando amanecía ayer, una familia de migrantes hondureños, que usó una balsa para flotar sobre un estrecho cruce del río Suchiate desde Guatemala, caminaba con dificultad en suelo mexicano, en el estado de Chiapas.
“Nos decían que iba a llegar la guardia nacional”, comentó Melvin Ochoa, de 28 años, con su hija de 20 meses. Junto con él estaba su esposa embarazada. “Nos dio prisa. Quiero continuar más rápido para que no nos atrapen”.
El viaje fue arriesgado para la esposa de Ochoa, a quien le falta un mes para dar a luz. Ella se negó a dar su nombre.
“Pero los riesgos en el hogar eran peores”, alegó Ochoa, explicando que la familia había huido de prestamistas afiliados a una pandilla criminal que exigía dinero incluso después de saldar la deuda. “Si no, nos iban a matar”.
Detrás, el constante tráfico diario del río continuaba, sin ningún funcionario mexicano a la vista. Los funcionarios de migración permanecieron a la sombra de los puestos migratorios en un puente que une a México y Guatemala.
Balsas improvisadas hechas de tablones llevaban cerveza, café y otros artículos de contrabando hacia Guatemala. Media docena más se dirigían hacia México atestadas de centroamericanos que huían de la violencia y la pobreza.
“No se ha visto un aumento”, dijo un oficial de policía en un punto de control migratorio en una carretera hacia el norte, cuando se le preguntó si había notado más fuerzas de seguridad.
El enfrentamiento en la frontera presiona al presidente Andrés Manuel López Obrador. Él pide la unidad nacional y describe la amenaza arancelaria como injusta, pero promete evitar la confrontación con EEUU, el mayor socio comercial de México. (Reuters)